"No"

La palabra obligatoriamente preferida para los padres con niños pequeños es “No”, y tanto así que mi bebe ya sabe decir no con su pequeño dedo índice; gatea hacia la grada –No –le decimos, se va al mueble –No, trata de alcanzar un vaso –No, se acerca a la orilla de la cama –No, y así continua la historia hora tras hora, hasta que logra dormirse; no es que queramos crearle un negativismo en ella, es aquel sentimiento innato de protección, a ella no parece afectarle tal negatividad en su vida, dos segundos más tarde de la frase que quisiéramos evitar, ella ya está haciendo lo mismo nuevamente, y nosotros, sus afligidos padres, que tanto nos preocupamos por ella, tenemos el corazón en la boca cada vez que desafía al peligro, sacando suspiros que acortan nuestros años de vida y nos hacen ver más viejos, evadiendo sustos tras sustos y elevando la adrenalina cada vez que corremos para evitar el desastre.

Creo que en cierta medida así es Dios con nosotros, sus hijos, me le imagino viéndonos y preocupándose, diciéndonos “No” cada vez que estamos por equivocarnos, y de la misma manera en que lo hacemos nosotros, padres mortales, para que nuestra bebe no se abra una alcancía en la frente, él ha de estar afligido, y mucho más que nosotros,  tratando de cuidar a no sé cuántos billones de almas. Y ahí están sus leyes, como luz de faro en la noche más oscura, dispuestas para todos, y aun así, las ignoramos, preferimos aprender por la experiencia, como mi hija, que después de decirle que no tomara el vaso se terminó echando toda el agua encima, y estaba bien helada, le cayó de baño a media tarde calurosa, se asustó y lloró por el mismo susto, creo que nunca más va a tratar de tomar un vaso ella sola.