viernes, 6 de mayo de 2011

La esperanza de la muerte

Nunca ha sido fácil lidiar con la muerte, de hecho, creo no conocer a nadie en primera persona que haya sobrellevado una trágica situación de perder a un ser querido, incluso uno no muy cercano. No pretendo  brindar algún tipo de consuelo a aquellos que en el pasado o recientemente han experimentado tal infortunio, aunque si de algo sirven estas palabras, no estará de más y es que recientemente he tenido la desventura de asistir a una serie de ritos fúnebres, por situaciones trágicas, y en cada uno de ellos me embarga un sentimiento reflexivo, ¿y a quien no?

Sería frio de mi parte decir lo que es natural, que la muerte es solo otra etapa de nuestra vida, el curso natural de todos los habitantes de la tierra, no hay manera humana alguna de evitarla. Y es que es un poco más que eso, es dejar de ver, de charlar, disfrutar, sentir, vivir junto a una persona que de alguna manera nos hace las cosas interesantes en esta vida, es perder esa oportunidad de tener cerca a los que amamos, de decirles que les amamos y que algunas veces les odiamos, de mirarles a los ojos, estrechar sus brazos sentir sus corazones, abrazarles en el confort de saber que todo estará bien. Yo no puedo imaginar el hecho de dejar de ver a mis hijos, a mi esposa o a mis padres o hermanos, incluso a mis amigos más cercanos, el solo pensar en tal posibilidad entristece mi alma y se bloquean mis pensamientos tratando de pensar que tal situación es imposible para mí, que nunca sucederá, sentimientos que evocan en cualquier persona que tiene seres queridos, sentimientos naturales, creo yo, por cultura inmersos en nuestros pensamientos, son parte de nuestro sentir.

 A la muerte le vemos como algo negativo, que parece ser el fin de una historia que no tiene segunda parte, el final de lo que quisiéramos que nunca terminara, y lo que logro comprender es por cultura propia y la de muchos, la mayoría cristianos. Imposible es dejar de hablar de religión al hablar de la muerte, personalmente soy altamente religioso, según comprendo, esto es lo que libros considerados sagrados para muchos nos enseñan: Es una etapa de la vida, algo que tenemos que enfrentar para continuar un plan que nos lleve a la felicidad, una eterna, si has leído algunas de mis entradas anteriores, puedes percatarte que menciono en repetidas ocasiones al amor, y que generalmente lo asocio a la eternidad, y nunca ha sido mi intención mencionarlo de forma platónica, me he referido a la eternidad en esencia, la muerte ya fue conquistada, según sabemos, Jesucristo resucito y con eso la muerte ya no tiene poder sobre nosotros, porque todos resucitaremos, “Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.” (1 Corintios 15:22), los cementerios son un lugar de descanso, la palabra lo dice, “dormitorio” es su significado del griego, y tiene lógica si sabemos que estaremos descansando ahí solo por un momento; muchos pasajes más de libros sagrados dan referencia a la victoria de Jesucristo sobre la muerte. La resurrección es un don, un regalo, no hay nada que debamos hacer para resucitar, excepto el hecho mismo de morir… entonces la muerte no es el fin, el cuento no acaba en el momento que dejamos este tabernáculo mortal, la esperanza es clara y viva, volveremos a vivir, y en esta ocasión será para siempre, la eternidad nos espera. Sin discutir nada del tema del bien o el mal, simplemente es claro que todos volveremos a vivir sin importar lo que hemos hecho en este tiempo de pruebas que vivimos, el segundo acto.
Y vuelvo a considerar las situaciones difíciles a las que nos enfrentamos en esta vida, no hay prueba más fuerte que la de perder a un ser querido, no existe otra más fuerte que tener que hacerse la idea que dejaremos de verles, dejaremos de tenerles cerca. El padre de un amigo murió hace un tiempo atrás, fue la primera vez que me vi directamente afectado por esta situación, el cariño que siento por mis amigos es profundo, y no encontraba la forma de consolar su decaído espíritu, lo único que recuerdo es bajarme del carro en el que me fue a dejar mi mamá, acercarme a él y abrazarle. ¿Es un abrazo suficiente? Según entiendo, ni por cerca, pero fue lo único que se me ocurrió, no pude expresar palabras, a mi corta edad no sabía cómo reaccionar en tal situación, creo que nadie es entrenado para seguir tales protocolos. El último adiós fue el más difícil, cayó de rodillas al suelo y juntamente con él, otro amigo y yo, con los brazos entrelazados entre la nuca en señal de amistad, tratando de fortalecer aquel espíritu sin consuelo; después de todos estos años sigo viendo comentarios en Facebook de lo mucho que le extraña. Sigo sin comprender de donde sacó las fuerzas para continuar en esta vida.

A él y a todos aquellos que recientemente han experimentado estas tragedias temporales, no me queda otra cosa que expresas condolencias sinceras. Quisiera que todos pudieran conocer, como yo conozco que vernos después de esta vida es posible, y no me refiero a algo utópico, no son simples palabras para hacer sentir bien al dolido, sino al conocimiento perfecto de que podemos reunirnos por siempre, juntos como familia, y nunca más ser separados nuevamente.

Agosto será un mes que marcará historia para muchos en El Salvador, en la ciudad de San Salvador se dedicará un templo, no es el único, alrededor del mundo existen 134 en operaciones, 10 en construcción y han sido anunciados para su próxima construcción 16. Un Templo es un lugar sagrado donde se efectúan ordenanzas para unir a las familias por esta vida y por la eternidad, es ahí donde se hace posible todo lo que he dicho previamente, las familias pueden ser eternas, no tengo duda de eso, es algo real, es el mejor consuelo que puedo expresar, aunque mi intención no es tratar de hacer sentirles bien, sé que las palabras no son suficientes a aquellos que se ven en esta difícil situación en esta vida, es una esperanza real. Sería una broma muy fea que en esta vida nos esforcemos tanto por amar a alguien para que después de la muerte, nos separemos, y todo por lo que trabajamos durante muchos o pocos años se termine. No es mi intención comprobar con escrituras sagradas lo que escribo, esto yo lo sé, conozco las escrituras que fundamentan mis conocimientos, solo son palabras de consuelo para el desconsolado, no pretendo entablar discusiones religiosas, sino decir a aquellos que no lo sepan, el cuento no se acaba en esta vida. Vuelvo y repito, es el mejor consuelo que se me ocurre expresar, las familias pueden estar unidas por la eternidad.
Si desean más información en cuanto a esto, aquí les dejo unos links.







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